Pequeño y acogedor, un poco snob en
muchos aspectos, pero rápidamente te acomodas en el ambiente. Pocas mesas hacen fácil que la atención del
propietario y el camarero sea absoluta.
Aunque lo preocupante seria que no lo fuera con tan pocas mesas.
Recomendado hacer reserva, ya que no
requiere mucho que se llene. La comida
es mas que aceptable, excepto el
carpacho de gamba roja que tiene un sabor tan sobreponente de la
vinagreta que no sacas absolutamente nada de sabor a la gamba roja. El pato, espectacular, recordando que es un
sabor un poco fuerte, le anaden una densa salsa que permite amenizar el
gusto.
Desgraciadamente los vinos españoles son
inexistentes, y aunque el propietario se escuda en que es un restaurante
francés, mi patriotismo confirma mi experiencia que los vinos españoles no
tienen que envidiar a los franceses.
El precio, para mi gusto, mas de lo que
merece, aunque para darse un gusto en un ambiente acogedor, comodo y como si
estuvieras en casa, merece la pena probar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario